Hoy publicamos en el blog una reseña de una nueva película, esta vez hablaremos de Donde viven los monstruos. Una película de Spike Jonze basada en el cuento infantil del escritor e ilustrador  Maurice Sendak.

Una película que ha dejado distinto sabor de boca en los administradores de este blog. A los que conocéis nuestros gustos quizá ya adivinéis a quién de nosotros le ha gustado más, si a Ainhoa o a Àlex, bien, pues seguid leyendo y os sorprenderéis :p

Para empezar os dejamos con la ficha de la citada película.

Antes de nada decir que, por primera vez y sin que sirva de precedente, hemos decidido ver una película antes que leer su libro :p No, nos gusta hacerlo, opinamos que los libros siempre siempre son mejores, y leer un libro sabiendo su final... a priori no parece buena idea.

Empujados por nuestra sobrina de cinco años nos disponemos a visionar el film. Con expectativas distintas; Ainhoa esperando una cinta de fantasía que le haga situarla entre sus mejores películas del género. Yo, Àlex, conocedor del cuento infantil, espero eso, una película para los más pequeños sin más pretensiones.

Para nuestra sorpresa será justo lo contrario, unos monstruos algo brutos alejan cada vez más a Ainhoa del film. En cambio a mi me encantan, son justo como las imágenes que figuran en el cuento, y reúnen todos y cada uno de los defectos del ser humano. El director nos los muestra como si fueran realidad, como si viéramos tras los ojos del desequilibrado Max, porque hay que tener en cuenta que sí parece un tanto perturbado durante toda la película.

Imagen de los monstruos de Spike Jonze

Un niño que crea su mundo particular, donde el resto de seres le hacen todo el caso que no consigue que le hagan en su vida real. Y donde seremos testigos de como también en ese mundo, entre esas criaturas, está presente la envidia, el egoísmo o la ira.
Una escenografía genial, y ese aspecto que logra darle el director... como si hubiese fabricado esos monstruos en cinco minutos, deprisa y corriendo, al más puro estilo Barrio Sésamo, pero que aún así logra llegar a la mente del adulto sentado al otro lado de la pantalla, a su corazón.
Seguramente cada uno de nosotros nos sintamos identificados con uno de esos peculiares monstruos, ya que tienen una personalidad muy marcada.
Quizá flojee algo en su final, que esperaba mucho mejor. Unos últimos minutos donde no escucharemos ni una sola palabra, solo imágenes acompañadas de la sublime banda sonora de mano de Karen O & The Kids. 
¿Quién no querría ser Rey de un lugar nuevo, donde te veneraran como un Dios? Nada es tan sencillo como parece.


En fin, una película muy recomendable sobretodo para los adultos, para no olvidarnos de que algún día, hace ya un tiempo, también fuimos niños.

Lo mejor: Los monstruos.
Lo peor: Su final.